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viernes, 19 de abril de 2013

1966: MURIÓ Javier Solís, cantante mexicano.

UN DÍA COMO HOY 19 DE ABRIL MURIÓ


   


 1966: Javier Solís, cantante mexicano.


 



(Gabriel Siria Levario mejor conocido como Javier Solís— (Ciudad de México, 1 de septiembre de 1931 - Ciudad de México, 19 de abril de 1966) fue un cantante y actor mexicano, conocido también como El Rey del Bolero Ranchero.)







Fue el primero de los tres hijos del matrimonio formado por Francisco Siria Mora, de oficio panadero, y Juana Levario Plata, comerciante, quienes lo bautizaron como Gabriel Siria Levario. Su madre poseía un puesto de venta en un mercado público y, debido al abandono por su esposo y al tiempo que le demandaba su trabajo, decidió en abril de 1932 dejar a Gabriel en casa de sus tíos Valentín Levario Plata y Ángela López Martínez. De hecho, el futuro artista siempre consideró a éstos sus verdaderos padres. Logró estudiar hasta el 5º grado de educación primaria en escuelas ubicadas en el barrio de Tacubaya, donde nació y creció. Notoriedad y extraña consideración tuvo al hablar constantemente de la localidad de Nogales, en el estado de Sonora: se rumoró por mucho tiempo que fue allí donde nació, y que se trasladó luego a la ciudad de México. Parte de la versión es cierta: un tío de Javier era de aquella localidad. Sin embargo, no hay fuentes que lo acrediten como sonorense, excepto la biografía publicada por la disquera CBS Columbia, que publica su origen norteño en un LP, al parecer una estrategia comercial  sin referencia alguna.


 Así pues, no hay fuentes fidedignas que confirmen su origen sonorense, excepto la fuente oficial: el acta de defunción gubernamental del registro civil, donde se confirma que era capitalino. En las escuelas de Tacubaya comenzaron a desarrollarse sus inquietudes artísticas, pues solía participar como cantante en los festivales escolares. Sin embargo, dejó de asistir a la escuela para ayudar en los gastos domésticos y a trabajar como recolector de huesos y vidrios. Luego trabajó trasladando mercancías en un automercado. En noviembre de 1939 falleció su madre adoptiva; el futuro cantante debió sobreponerse y continuó trabajando en oficios tales como panadero, carnicero, cargador de canastas en el mercado y lavador de automóviles. Luego se interesaría por el deporte, y llegó a ser gran aficionado al boxeo, al béisbol y al futbol. Sin embargo, siguió interesado en cantar: comenzó a presentarse, como intérprete de tangos, en lugares públicos de espectáculos conocidos como carpa. Su primera oportunidad se la ofreció Manuel Garay, payaso de profesión y administrador del Teatro Salón Obrero.


 Ahí se puso como nombre artístico Javier Luquín y participaba en concursos de aficionados, y llegó a ganar en más de una ocasión un par de zapatos donados por una zapatería del lugar. Continuó trabajando en carnicerías, y el propietario de una de ellas, David Lara Ríos, al descubrir las habilidades del joven intérprete, decidió pagarle clases de canto con el maestro Noé Quintero, quien había sido maestro de vocalización de cantantes reconocidos para la época.





  Al iniciarse el año de 1966, Solís emprende un nuevo proyecto discográfico grabando algunas de las canciones más conocidas de los compositores puertorriqueños Rafael Hernández y Pedro Flores. Sin embargo, debido a sus padecimientos de salud, sólo alcanzó a poner la voz a ocho de las pistas preparadas del nuevo álbum, aunque llegó a terminar su otro álbum Javier Solís Con Orquesta. Por consejo médico, el 12 de abril de ese año, Solís fue hospitalizado en el hospital Santa Elena en la colonia Roma de la Ciudad de México para operarse de la vesícula biliar. De acuerdo a su acta de defunción falleció a las 5:45 a.m. del 19 de abril por fallo cardíaco a consecuencia de desquilibrio electrolítico producido por la colecistectomía. Sin embargo, hasta el momento, se han recogido 4 diferentes versiones de su enfermedad y fallecimiento, sin que se tenga por válida ninguna de ellas. Una de estas versiones, la más difundida, dice que luego de su operación, el artista desoyó la prohibición médica de tomar agua fría, lo cual le produjo un paro cardíaco. 


Otra versión afirma que fue operado de apendicitis, pero que una pinza fue dejada en su organismo, lo cual ocasionó su muerte. En otra se indica que los padecimientos de Solís eran prostáticos. Finalmente, su amigo, el ya fallecido músico y arreglista estadounidense Chuck Anderson, decía que luego de su operación, el artista lo visitó el día 18 y le manifestó que le habían dado de alta, que se sentía bien y que en la noche asistiría a una fiesta. Al día siguiente, Anderson se enteró de la repentina muerte del artista. El 20 de abril, en medio de manifestaciones de dolor su cuerpo fue inhumado en el lote de actores del Panteón Jardín de la Ciudad de México, donde han permanecido sus restos desde entonces. Poco después, la disquera presentó las canciones dejadas por Solís, añadiéndoles a las pistas de estas interpretaciones recitados escritos por el actor Ángel Fonfrías y declamados por el ya fallecido actor y locutor Guillermo Portillo Acosta. Este último álbum fue denominado Homenaje Inconcluso A Rafael Hernández y Pedro Flores, el cual tuvo tales ventas que años después fue digitalizado.


 Ese mismo día en varias estaciones de radio del país se entonaron sus mejores temas como Amigo Organillero, Sombras, Las rejas no matan, En mi viejo San Juan a manera de homenaje, en la XEW estación a la que se atribuye haber sido la primera emisora en revelar alrededor de las 7:00 horas el deceso del cantante causando gran conmoción en la población y de sus seguidores.