San Hermenegildo
(Etimológicamente significa “ don del dios Irmin”. Viene de la lengua alemana. De los cuatro hermanos santos, hay autores que le niegan a éste el grado alto de su santidad. La razón no es otra que la de haberse rebelado contra su padre por cuestiones religiosas, no por asuntos bélicos o por herencia del trono. Otros autores, como san Martín de Tours y san Gregorio Magno lo tratan como un héroe de la santidad. Era hijo de Leovigildo, el rey visigodo que reinaba en toda España. Este pueblo había sido relegado por el rey Clodoveo de Francia en la península ibérica. Abrazaron el cristianismo, pero había una parte de ellos que seguían practicando el arrianismo. Su madre Teodosia era arriana, pero después se convirtió en creyente fervorosa. Sintió en su alma que su marido desterrase a su hijo Hermenegildo a Sevilla. No sospechaba siquiera que fuera en la ciudad hispalense en donde abrazaría la fe cristiana, con la aprobación de su hermano Leandro y de Isidoro de Sevilla. El se levantó contra su padre con la ayuda de los bizantinos y otros pueblos. Pero ante las propuestas y sugerencias de su hermano Recaredo, todo quedó en nada. A él le tocó irse encarcelado a Tarragona y Valencia, los últimos reductos del drama que padecían los católicos y los arrianos. El día de Pascua del 585 se enfadó contra el obispo arriano porque quería darle la comunión. Todo fue idea de su padre. Al no aceptar, el padre lo mandó ejecutar. Por eso se le considera mártir. Cuando reinaba Felipe II, en el año 1556, el Papa Sixto V fijó la memoria y el día de san Hermenegildo para el 13 de abril. ¡Felicidades a quien lleve este nombre! )