UN DÍA COMO HOY 23 DE ENERO MURIÓ
1989: Salvador Dalí, pintor español (n. 1904).
(Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, marqués de Dalí y de Púbol (Figueras, 11 de mayo de1904 – ibídem, 23 de enero de 1989) fue un pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español, considerado uno de los máximos representantes del surrealismo.)
Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que «vampirizó» innovaciones ajenas. Una de sus obras más célebres es La persistencia de la memoria, el famoso cuadro de los «relojes blandos», realizado en 1931.
Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística. Dalí atribuía su «amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, [su] pasión por el lujo y su amor por la moda oriental» a un autoproclamado «linaje arábigo», que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica.
Dalí y Jean Cocteau habían ido a visitar el Museo del Prado. La visita de estos dos personajes concluyó en una rueda de prensa donde le preguntaron a Jean Cocteau: «Si se hubiera quemado el Museo del Prado, ¿qué hubiera salvado usted?». A lo cual Cocteau respondió: « ¡El fuego!». Entonces la pregunta fue repetida a Dalí. Después de fingir reflexionarlo un momento, el pintor catalán respondió eufóricamente: « ¡Pues Dalí salvaría el aire, y específicamente el aire contenido en Las Meninas, de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe!». Ante esta respuesta, Cocteau hizo una reverencia en reconocimiento a la genialidad de Dalí. Óscar Tusquets cuenta esta anécdota sustituyendo a Cocteau por André Malraux.
Dalí proclamaba que, para él, el valor del dinero era únicamente simbólico y místico. No sabía a cuanto ascendían sus cuentas bancarias y rara vez llevaba dinero en efectivo, todos sus gastos eran cargados a su cuenta. En una ocasión, Dalí y Aristóteles Onassis tomaron un taxi en la ciudad de Nueva York. Al llegar a su destino debían pagar al taxista pero Onassis, al igual que Dalí, nunca cargaba dinero en efectivo consigo por lo cual tuvieron que regresar al hotel donde Dalí se hospedaba para que la administración del hotel les pagara el taxi. Según Óscar Tusquets, en el taxi, Salvador Dalí iba acompañado por Paul Getty o por algún miembro de la familia Rockefeller en lugar de Onassis.
1989: Salvador Dalí, pintor español (n. 1904).
Dalí y Jean Cocteau habían ido a visitar el Museo del Prado. La visita de estos dos personajes concluyó en una rueda de prensa donde le preguntaron a Jean Cocteau: «Si se hubiera quemado el Museo del Prado, ¿qué hubiera salvado usted?». A lo cual Cocteau respondió: « ¡El fuego!». Entonces la pregunta fue repetida a Dalí. Después de fingir reflexionarlo un momento, el pintor catalán respondió eufóricamente: « ¡Pues Dalí salvaría el aire, y específicamente el aire contenido en Las Meninas, de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe!». Ante esta respuesta, Cocteau hizo una reverencia en reconocimiento a la genialidad de Dalí. Óscar Tusquets cuenta esta anécdota sustituyendo a Cocteau por André Malraux.
Dalí proclamaba que, para él, el valor del dinero era únicamente simbólico y místico. No sabía a cuanto ascendían sus cuentas bancarias y rara vez llevaba dinero en efectivo, todos sus gastos eran cargados a su cuenta. En una ocasión, Dalí y Aristóteles Onassis tomaron un taxi en la ciudad de Nueva York. Al llegar a su destino debían pagar al taxista pero Onassis, al igual que Dalí, nunca cargaba dinero en efectivo consigo por lo cual tuvieron que regresar al hotel donde Dalí se hospedaba para que la administración del hotel les pagara el taxi. Según Óscar Tusquets, en el taxi, Salvador Dalí iba acompañado por Paul Getty o por algún miembro de la familia Rockefeller en lugar de Onassis.