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sábado, 22 de diciembre de 2012

1850: NACIÓ Victoriano Huerta, presidente mexicano (f. 1913).

UN DÍA COMO HOY 22 DE DICIEMBRE NACIÓ


 


1850: Victoriano Huerta, presidente mexicano (f. 1913).

 (José Victoriano Huerta Márquez (Colotlán, Jalisco; 22 de diciembre de 1850 – El Paso, Texas; 13 de enero de 1916) fue un ingeniero, militar y presidente de México.)






Huerta nació el 22 de diciembre de 1850 en la ranchería del Agua Gorda, municipio de Colotlán, Jalisco, hijo de Jesús Huerta y María Lázara del Refugio Márquez Villalobos, ambos indígenas huicholes. Cuando Victoriano tenía quince años, el general Donato Guerra visitó su ciudad natal y expresó su deseo de contratar a un secretario particular. Huerta, que sabía leer y escribir, por haber asistido a la escuela municipal dirigida por el sacerdote del lugar, se ofreció como voluntario. Como recompensa a sus servicios se le recomendó y concedió una beca para estudiar en el Colegio Militar, donde obtuvo notas sobresalientes que lo hicieron merecedor de un reconocimiento especial; el presidente Benito Juárez quien era el primer indígena en llegar a la presidencia, lo elogió durante su visita al colegio para entregar los reconocimientos a los cadetes con las siguientes palabras: De los indios que se educan como usted, la patria espera mucho. Al graduarse fue comisionado al Cuerpo de Ingenieros y se desempeñó en labores topográficas en la región de Puebla y el Estado de Veracruz, donde conoció a Emilia Águila, con quien se casó el 21 de noviembre de 1880 en la Ciudad de México  y con quien tendría once hijos. 


 Los nombres de sus hijos vivos al fallecer Huerta eran Jorge, María Elisa, Víctor, Luz, Elena, Dagoberto, Eva y Celia. Para el año de 1890 Huerta había alcanzado el grado de coronel y siete años más tarde comenzaría una larga trayectoria en el combate a las rebeliones indígenas que se generaban por todo el país. En diciembre de 1900 combatió a los yaquis en Sonora y en 1902 a los mayas en Yucatán y Quintana Roo.7 Durante su estancia en el sureste desarrolló cataratas, una enfermedad que lo hostigaría la mayor parte de su vida. Tras concluir su campaña en la Península de Yucatán Huerta recibió el grado de general brigadier, la Medalla al Mérito Militar y fue nombrado miembro de la Suprema Corte Militar de la Nación gracias a los esfuerzos de su amigo el general Bernardo Reyes, exgobernador de Nuevo León y secretario de Guerra y Marina. En 1907 pidió permiso por razones de salud y visitó a Reyes en Monterrey, ciudad donde trabajó como jefe de Obras Públicas dos años y medio aplicando sus conocimientos de ingeniería civil en el trazado de las calles, e incluso en la construcción del Hotel Ancira. 


Cuando Reyes fue enviado a Europa en 1909 Huerta decidió regresar a la Ciudad de México y comenzar a impartir clases de matemáticas. Tras estallar la revolución convocada por Francisco I. Madero, Huerta solicitó su reincorporación al ejército y tras la renuncia de Porfirio Díaz, Huerta fue el encargado de escoltar el convoy presidencial de éste al puerto de Veracruz, cosa que a don Porfirio no le agradó del todo pues nunca confió plenamente en él. Huerta permaneció fiel al ejército durante el gobierno interino de Francisco León de la Barra pero participó en algunas acciones de provocación al ejército rebelde comandado por Emiliano Zapata, lo cual levantó sospechas de insubordinación y tan pronto Madero asumió la presidencia ordenó su dimisión de las fuerzas armadas. Sin embargo, tras la rebelión de Pascual Orozco, Madero reconsideró su decisión y lo puso al mando de las tropas del gobierno federal. Huerta tuvo un desempeño impresionante y se convirtió en un héroe nacional. 


Mientras perseguía a Orozco rumbo al norte tuvo un altercado con el comandante rebelde Francisco Villa, quien se negó a regresar unos caballos que sus hombres habían robado a las tropas de Huerta. Enfurecido, lo mandó arrestar y ordenó fusilarlo. Los hermanos del presidente Madero intervinieron y Villa sólo estuvo preso algunos días en la Ciudad de México, lo cual encolerizó a Huerta. Al regresar a la capital ratificó su lealtad al presidente Madero y mientras se sometía a un tratamiento de cataratas Madero lo hizo renunciar. Tras la rebelión de Félix Díaz (en la que participaba su amigo el General Reyes), Huerta declinó las ofertas de los golpistas por temor a sólo ser utilizado. Sin embargo, tras la muerte de Reyes ofreció sus servicios a Madero quien lo volvió a poner al mando del ejército. A los pocos días, Huerta se unió a los sublevados pero fue descubierto por el hermano de Madero, quien lo arrestó y lo acusó frente al presidente. Madero no creyó las versiones y lo puso en libertad, sólo para enterarse dos días después que Huerta lo había traicionado aliado con Aureliano Blanquet, jefe del 29.º Batallón y se autonombraba jefe del Ejecutivo, obligándolo a renunciar. 

Huerta y Félix Díaz, aliados con Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México, habían suscrito el Pacto de la Embajada, también conocido como Pacto de la Ciudadela. Al principio Félix Díaz se sorprendió por la noticia, pues el plan inicial era que Díaz ocuparía la presidencia al triunfo de la rebelión. Sin embargo, Huerta logró convencerlo de que lo dejase gobernar de manera interina para pacificar a los maderistas. El 22 de febrero de 1913 Madero y el vicepresidente José Ma. Pino Suárez fueron arteramente ejecutados. Tras una efímera presidencia provisional de 45 minutos por parte de Pedro Lascuráin, Huerta asumió el poder en medio del caos e instaló una dictadura militar que llegó incluso a disolver al Congreso de la Unión. Sin embargo, desde los primeros días del gobierno de Huerta, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, desconocería al presidente y formaría el Ejército Constitucionalista que a la postre terminaría derrotando al gobierno federal el 24 de junio de 1914. 

 Huerta se exilió en Barcelona, España, y el ejército alemán conspiró con él para que retornara al poder. Regresó a América en mayo de 1915, llegando a Nueva York con su familia y luego a Newman, Nuevo México, donde fue arrestado junto con Pascual Orozco. Antes de morir, el 13 de enero de 1916, se le permitió salir de la prisión militar en Fort Bliss, Texas. Murió en El Paso, Texas, víctima de cirrosis hepática e ictericia. Fue enterrado en el cementerio La Concordia.