UN DÍA COMO HOY 15 DE ABRIL NACIÓ
1926: Manuel Capetillo, actor y torero mexicano (f. 2009).
(El patriarca de la dinastía, Manuel Capetillo Villaseñor, considerado en su momento como el mejor muletero del mundo por su toreo hondo, de acusada personalidad y sus largas faenas, tomó la alternativa el 24 de diciembre de 1948 en la plaza de Querétaro, de manos de Luis Procuna y en presencia de Rafael Rodríguez. Le cortó una oreja al toro de la alternativa y su segundo enemigo lo hirió en el muslo izquierdo. Al mes, el 23 de enero de 1949, confirmó su alternativa en la Plaza México actuando con Luis Castro "El Soldado" que ofició de padrino, y Antonio Velásquez de testigo.)
En 1952, durante su segunda campaña por ruedos españoles, Capetillo confirmó la alternativa en Madrid, el 15 de mayo, tarde en la que cortó una oreja luego de que Paquito Muñoz le cediera los trastos ante la atenta mirada del maestro Antonio Ordóñez. Una vez terminada la temporada española, Manuel Capetillo volvió a México donde se reencontró con su público y triunfó por todo lo alto en diversas plazas, quedando muy bien colocado de cara al siguiente año. Sin embargo, en 1953 abandonó los ruedos para dedicarse de manera exclusiva a su carrera de cantante de rancheras.
Para beneplácito de la afición, en 1957 el Maestro se vistió de luces nuevamente. Manuel Capetillo, uno de los toreros más importantes que ha dado México, fue un referente obligado para las generaciones de los años 50, 60 y 70. En la plenitud de su carrera fue el mandón de la Fiesta, tenía tal tirón, que en el derecho de apartado de la Plaza México, anunciaban a «La primera figura del Toreo», ponían una fotografía suya y el público se abonaba sin saber quién más iba a torear.
En La México brindó grandes tardes de toros, salió muchas veces en hombros, cortó 4 rabos y también sufrió varias cornadas, una de ellas de extrema gravedad. El 23 de marzo de 1959, un toro de La Laguna lo corneó en el pecho y estuvo a punto de causarle la muerte; las secuelas de la cornada lo mantuvieron alejado de los ruedos un año, pero su vuelta fue arrolladora, aunque se prodigó menos, cosechó triunfos en todas las plazas en las que se presentó. Una de las faenas que más marcó al Maestro Capetillo y que quedó para siempre en la retina de los aficionados de la época, fue la que le realizó al toro «Tabachin».
Esa tarde el diestro Jalisciense rozó la perfección, fue tal el éxito alcanzado que decidió ponerle el nombre de aquel gran toro a su rancho, aunque luego, en honor a sus hijos toreros, lo rebautizó como «Rancho Capetillo». Don Manuel, en su condición de figura del toreo, siempre defendió su territorio «agasajando» a sus pares españoles que llegaban a México, con vibrantes corridas mano a mano. Compitió en buena lid con toreros como Antonio Ordóñez o Manuel Benítez «El Cordobés» y otros toreros hispanos de relumbrón. En marzo de 1963, encabezó el cartel de la llamada «Corrida del Siglo» que se dio en Guadalajara, alternando con Joselito Huerta, Joaquín Bernadó y Paco Camino, de la que salió a hombros al cortar dos orejas.
Hacia el final de su carrera, el Maestro aceptó torear mano a mano con un joven torero que le profesaba una gran admiración: Manolo Martínez. Aquella tarde en la que ambos cortaron sendos rabos y abandonaron la plaza «El Toreo de Cuatro Caminos» en hombros, marcó el despegue definitivo de Manolo Martínez, quien a la postre se constituyó en el sucesor del Maestro Capetillo como primera figura del toreo mexicano. Aunque en 1968 Manuel Capetillo anunció su retiro definitivo de los ruedos encerrándose con seis toros, en 1981 volvió a vestirse de torero para darle la alternativa al mayor de sus hijos, Manuel, en presencia de Guillermo, el menor de la dinastía. Los Capetillo hicieron el paseíllo juntos en Puebla, San Luis Potosí, Mérida (Yucatán), Villahermosa (Tabasco), Durango y otras plazas, marcando un hito en la historia del toreo ya que hasta la fecha no se conoce ningún otro caso de un padre que haya alternado con dos hijos matadores de toros.
1926: Manuel Capetillo, actor y torero mexicano (f. 2009).
(El patriarca de la dinastía, Manuel Capetillo Villaseñor, considerado en su momento como el mejor muletero del mundo por su toreo hondo, de acusada personalidad y sus largas faenas, tomó la alternativa el 24 de diciembre de 1948 en la plaza de Querétaro, de manos de Luis Procuna y en presencia de Rafael Rodríguez. Le cortó una oreja al toro de la alternativa y su segundo enemigo lo hirió en el muslo izquierdo. Al mes, el 23 de enero de 1949, confirmó su alternativa en la Plaza México actuando con Luis Castro "El Soldado" que ofició de padrino, y Antonio Velásquez de testigo.)
En 1952, durante su segunda campaña por ruedos españoles, Capetillo confirmó la alternativa en Madrid, el 15 de mayo, tarde en la que cortó una oreja luego de que Paquito Muñoz le cediera los trastos ante la atenta mirada del maestro Antonio Ordóñez. Una vez terminada la temporada española, Manuel Capetillo volvió a México donde se reencontró con su público y triunfó por todo lo alto en diversas plazas, quedando muy bien colocado de cara al siguiente año. Sin embargo, en 1953 abandonó los ruedos para dedicarse de manera exclusiva a su carrera de cantante de rancheras.
Para beneplácito de la afición, en 1957 el Maestro se vistió de luces nuevamente. Manuel Capetillo, uno de los toreros más importantes que ha dado México, fue un referente obligado para las generaciones de los años 50, 60 y 70. En la plenitud de su carrera fue el mandón de la Fiesta, tenía tal tirón, que en el derecho de apartado de la Plaza México, anunciaban a «La primera figura del Toreo», ponían una fotografía suya y el público se abonaba sin saber quién más iba a torear.
En La México brindó grandes tardes de toros, salió muchas veces en hombros, cortó 4 rabos y también sufrió varias cornadas, una de ellas de extrema gravedad. El 23 de marzo de 1959, un toro de La Laguna lo corneó en el pecho y estuvo a punto de causarle la muerte; las secuelas de la cornada lo mantuvieron alejado de los ruedos un año, pero su vuelta fue arrolladora, aunque se prodigó menos, cosechó triunfos en todas las plazas en las que se presentó. Una de las faenas que más marcó al Maestro Capetillo y que quedó para siempre en la retina de los aficionados de la época, fue la que le realizó al toro «Tabachin».
Esa tarde el diestro Jalisciense rozó la perfección, fue tal el éxito alcanzado que decidió ponerle el nombre de aquel gran toro a su rancho, aunque luego, en honor a sus hijos toreros, lo rebautizó como «Rancho Capetillo». Don Manuel, en su condición de figura del toreo, siempre defendió su territorio «agasajando» a sus pares españoles que llegaban a México, con vibrantes corridas mano a mano. Compitió en buena lid con toreros como Antonio Ordóñez o Manuel Benítez «El Cordobés» y otros toreros hispanos de relumbrón. En marzo de 1963, encabezó el cartel de la llamada «Corrida del Siglo» que se dio en Guadalajara, alternando con Joselito Huerta, Joaquín Bernadó y Paco Camino, de la que salió a hombros al cortar dos orejas.
Hacia el final de su carrera, el Maestro aceptó torear mano a mano con un joven torero que le profesaba una gran admiración: Manolo Martínez. Aquella tarde en la que ambos cortaron sendos rabos y abandonaron la plaza «El Toreo de Cuatro Caminos» en hombros, marcó el despegue definitivo de Manolo Martínez, quien a la postre se constituyó en el sucesor del Maestro Capetillo como primera figura del toreo mexicano. Aunque en 1968 Manuel Capetillo anunció su retiro definitivo de los ruedos encerrándose con seis toros, en 1981 volvió a vestirse de torero para darle la alternativa al mayor de sus hijos, Manuel, en presencia de Guillermo, el menor de la dinastía. Los Capetillo hicieron el paseíllo juntos en Puebla, San Luis Potosí, Mérida (Yucatán), Villahermosa (Tabasco), Durango y otras plazas, marcando un hito en la historia del toreo ya que hasta la fecha no se conoce ningún otro caso de un padre que haya alternado con dos hijos matadores de toros.