UN DÍA 28 DE ABRIL MURIÓ
1957: Genaro Salinas, tenor y cantante popular mexicano.
(Tampico, Tamaulipas, México, 1920 - 28 de abril de 1957, Caracas, Venezuela). Tenor y cantante popular mexicano. Desde pequeño comenzó demostrando dotes excepcionales para el canto. Recibió una instrucción musical adecuada que le permitió aprovechar al máximo las potencialidades de su voz. Se ha podido establecer que luego complementaría su formación musical con clases recibidas de parte del tenor italiano Tito Schipa, durante el tiempo en que éstos coincidieron en su estancia en Buenos Aires, Argentina, años después. Al cumplir los 20 años, Genaro Salinas ya era un tenor de condiciones vocales extraordinarias.)
En una gira por Cuba, durante su presentación en un festival, conoció a la cantante de Tangos de origen chileno, Malena de Toledo. Amor a primera vista que culminó en el matrimonio, a pesar de que Malena era años mayor que él. En 1946, viajó a Buenos Aires, contratado por el Centro Social Español “El Tronío”. Tuvo la posibilidad de cantar en la orquesta de Américo Bellato. Malena, su esposa, fue vocalista de la orquesta de Vardaro-Pugliese. Ambos tuvieron una gran aceptación del público y de los medios. En esa ciudad, Genaro actuó para la Radio "El Mundo", y fue tan grande el éxito que alcanzó, que decidió quedarse en ese país.
En aquella estancia, se presume que tuvo oportunidad de entablar contacto profesional con el tenor italiano Tito Schipa, quien pasaba largas temporadas en Buenos Aires, dando recitales. El estilo de Genaro se impuso en el gusto del público argentino, aun por encima de los extraordinarios boleristas nacionales como Leo Marini y Hugo Romani. Su figura llegó a convertirse en un verdadero icono del bolero romántico, trascendiendo a la Argentina, llegando a otras latitudes. Malena, la esposa de Genaro Salinas, fue la misma que inmortalizara el popular Homero Manzi en el famoso tango "Malena".
De esa relación conyugal nacieron dos hijos, Concepción y Genaro. Y llevaron una relación muy estable hasta que la misma se vio truncada cuando, en una de sus actuaciones en la Radio “El Mundo”, Genaro conoció a la actriz de teatro Zoe Ducós, con quien entabló una relación sentimental, al margen de su matrimonio. Esta pasión sería la que le llevaría fatalmente a encontrar la muerte en Caracas, Venezuela.1 En dictadura del General Pérez Jiménez, Zoe Ducós emigró a Venezuela donde actuó en el teatro y en la TV de Caracas.
Una vez allí, la actriz se casó con el actor venezolano Héctor Hernández Vera, de quien se divorciaría años más tarde, para volverse a casar con uno de los directores de la funesta policía del régimen de la dictadura de Pérez Jiménez, cuyo nombre era Miguel Silvio Sanz. De su estancia en 1952 en México, se destaca la grabación de “ La Número Cien”, que parece haber dedicado a Zoe Ducós, y cuyo tema, fue tan exitoso en México, que motivó a Jorge Negrete a cantar una paráfrasis “Ya perdí la Cuenta”. Otra canción “Como Agua del Río”, cuyas letras tiene profundas implicaciones filosóficas relacionadas con el devenir histórico, también parece sacar a flote los sentimientos amorosos de Genaro hacia la actriz Zoe Ducós: “Como el agua del río/que pasa y no vuelve.../como un soplo de viento, /como un copo de nieve... El amor que sentimos, /simplemente se muere.../como el agua del río.../ que pasa y no vuelve. Fue tan corta la historia,/y...tan largo el olvido.../fue tan dulce la gloria, / de adorarte rendido... Y mirarme en tus ojos/y saberme querido.../que no puedo creerlo.../ en verdad que te has ido.../ como el agua del río.../En verdad que te has ido...”. La primera estrofa recuerda la frase de Heráclito: “Nadie se baña en el mismo río dos veces”. En la segunda, Genaro sustituye “el amor que sentimos” por el “amor que encendimos”.
Tal vez expresando algún sentimiento de culpabilidad por ese amor tormentoso y fugaz. La tercera estrofa evoca el Poema 20 de Pablo Neruda. En la última, en lugar de decir “en verdad que te has ido” dice: “no es verdad que te has ido”, en un claro gesto de incredulidad e impotencia ante la partida de la Ducós. Cuando concluye su interpretación en el “como el agua del río” final da un grave profundo y asciende gradualmente hacia el agudo en la frase “no es verdad que te has ido” hasta alcanzar un clímax vocal impresionante. Esta interpretación, se destaca por su expresividad y por su bravura interpretativa.
En general, estas últimas grabaciones para la RCA Víctor, muestran a un Genaro Salinas en plenitud vocal e interpretativa. Al regresar a México, un cantante que había adquirido renombre internacional se convirtió en objeto de intrigas y de maquinaciones por parte de gremios artísticos, por entonces bien establecidos en México, que defendían intereses económicos relacionados con la producción y el negocio de la música. A raíz de su separación de Malena, quien se quedó en Argentina, Genaro sufrió las intrigas derivadas de esta situación, y en 1957 se vio nuevamente empujado hacia el exterior.
Lamentablemente, escogió como destino Venezuela, el lugar donde vivía la Ducós, quien a la sazón, era la esposa de Miguel Silvio Sanz, un siniestro funcionario de la policía de la dictadura Pérez-Jimenista. Esa decisión truncaría su vida. Según relata Omar Valera: «Cuando Genaro Salinas vino por última vez a Venezuela, estaba muy venido a menos, cantó en locales de segunda categoría, se emborrachaba con frecuencia y presuntamente trató de acercarse a la Ducós.
En la mañana del 28 de abril de 1957, (día que recuerdo muy bien porque cumplí 25 años), fue hallado agonizante debajo de un puente de la Av. Victoria de Caracas, con politraumatismos generalizados y falleció ese mismo día. La noche anterior, varios esbirros de la Seguridad Nacional, parece que lo esperaron en lo alto del puente, por donde debía pasar a pie para ir a su alojamiento, lo tiraron de lo alto y le pasaron un carro por encima. Su esposa (Malena de Toledo) y otras personas, vinieron por sus restos que hoy reposan en Buenos Aires, creo que en un Panteón de los Artistas.». Alberto Naranjo, otro testigo, señala: “En 1957, a mis 16 años, presencié cómo Daniel Santos se acercó al cadáver de Genaro Salinas para colocarle cuidadosamente una almohada debajo de su cabeza y despedirlo con un beso y una lágrima.
Aquel tierno gesto cobra más valor según envejezco. Seguramente Daniel Santos le musitó, a manera de despedida: “Como el agua del río que pasa y no vuelve….Fue tan corta la historia…Que no puedo creerlo… No es verdad que te has ido….” A la hora de su muerte, Salinas apenas tenía 37 años y, su estado financiero era precario. Afortunadamente, su colega Alfredo Sadel, se hizo cargo de los gastos de sus funerales. Malena de Toledo, quien nunca dejó de ser su esposa, falleció en Uruguay el 22 de enero de 1960, a los 47 años, y a tan sólo tres años.
Zoe Ducós, falleció en un centro geriátrico de Caracas, aquejada del mal de Alzheimer, el 11 de noviembre de 2002, y del personero Sanz, presunto autor intelectual del crimen, y de sus esbirros, no se conoce fecha.
1957: Genaro Salinas, tenor y cantante popular mexicano.
(Tampico, Tamaulipas, México, 1920 - 28 de abril de 1957, Caracas, Venezuela). Tenor y cantante popular mexicano. Desde pequeño comenzó demostrando dotes excepcionales para el canto. Recibió una instrucción musical adecuada que le permitió aprovechar al máximo las potencialidades de su voz. Se ha podido establecer que luego complementaría su formación musical con clases recibidas de parte del tenor italiano Tito Schipa, durante el tiempo en que éstos coincidieron en su estancia en Buenos Aires, Argentina, años después. Al cumplir los 20 años, Genaro Salinas ya era un tenor de condiciones vocales extraordinarias.)
En una gira por Cuba, durante su presentación en un festival, conoció a la cantante de Tangos de origen chileno, Malena de Toledo. Amor a primera vista que culminó en el matrimonio, a pesar de que Malena era años mayor que él. En 1946, viajó a Buenos Aires, contratado por el Centro Social Español “El Tronío”. Tuvo la posibilidad de cantar en la orquesta de Américo Bellato. Malena, su esposa, fue vocalista de la orquesta de Vardaro-Pugliese. Ambos tuvieron una gran aceptación del público y de los medios. En esa ciudad, Genaro actuó para la Radio "El Mundo", y fue tan grande el éxito que alcanzó, que decidió quedarse en ese país.
En aquella estancia, se presume que tuvo oportunidad de entablar contacto profesional con el tenor italiano Tito Schipa, quien pasaba largas temporadas en Buenos Aires, dando recitales. El estilo de Genaro se impuso en el gusto del público argentino, aun por encima de los extraordinarios boleristas nacionales como Leo Marini y Hugo Romani. Su figura llegó a convertirse en un verdadero icono del bolero romántico, trascendiendo a la Argentina, llegando a otras latitudes. Malena, la esposa de Genaro Salinas, fue la misma que inmortalizara el popular Homero Manzi en el famoso tango "Malena".
De esa relación conyugal nacieron dos hijos, Concepción y Genaro. Y llevaron una relación muy estable hasta que la misma se vio truncada cuando, en una de sus actuaciones en la Radio “El Mundo”, Genaro conoció a la actriz de teatro Zoe Ducós, con quien entabló una relación sentimental, al margen de su matrimonio. Esta pasión sería la que le llevaría fatalmente a encontrar la muerte en Caracas, Venezuela.1 En dictadura del General Pérez Jiménez, Zoe Ducós emigró a Venezuela donde actuó en el teatro y en la TV de Caracas.
Una vez allí, la actriz se casó con el actor venezolano Héctor Hernández Vera, de quien se divorciaría años más tarde, para volverse a casar con uno de los directores de la funesta policía del régimen de la dictadura de Pérez Jiménez, cuyo nombre era Miguel Silvio Sanz. De su estancia en 1952 en México, se destaca la grabación de “ La Número Cien”, que parece haber dedicado a Zoe Ducós, y cuyo tema, fue tan exitoso en México, que motivó a Jorge Negrete a cantar una paráfrasis “Ya perdí la Cuenta”. Otra canción “Como Agua del Río”, cuyas letras tiene profundas implicaciones filosóficas relacionadas con el devenir histórico, también parece sacar a flote los sentimientos amorosos de Genaro hacia la actriz Zoe Ducós: “Como el agua del río/que pasa y no vuelve.../como un soplo de viento, /como un copo de nieve... El amor que sentimos, /simplemente se muere.../como el agua del río.../ que pasa y no vuelve. Fue tan corta la historia,/y...tan largo el olvido.../fue tan dulce la gloria, / de adorarte rendido... Y mirarme en tus ojos/y saberme querido.../que no puedo creerlo.../ en verdad que te has ido.../ como el agua del río.../En verdad que te has ido...”. La primera estrofa recuerda la frase de Heráclito: “Nadie se baña en el mismo río dos veces”. En la segunda, Genaro sustituye “el amor que sentimos” por el “amor que encendimos”.
Tal vez expresando algún sentimiento de culpabilidad por ese amor tormentoso y fugaz. La tercera estrofa evoca el Poema 20 de Pablo Neruda. En la última, en lugar de decir “en verdad que te has ido” dice: “no es verdad que te has ido”, en un claro gesto de incredulidad e impotencia ante la partida de la Ducós. Cuando concluye su interpretación en el “como el agua del río” final da un grave profundo y asciende gradualmente hacia el agudo en la frase “no es verdad que te has ido” hasta alcanzar un clímax vocal impresionante. Esta interpretación, se destaca por su expresividad y por su bravura interpretativa.
En general, estas últimas grabaciones para la RCA Víctor, muestran a un Genaro Salinas en plenitud vocal e interpretativa. Al regresar a México, un cantante que había adquirido renombre internacional se convirtió en objeto de intrigas y de maquinaciones por parte de gremios artísticos, por entonces bien establecidos en México, que defendían intereses económicos relacionados con la producción y el negocio de la música. A raíz de su separación de Malena, quien se quedó en Argentina, Genaro sufrió las intrigas derivadas de esta situación, y en 1957 se vio nuevamente empujado hacia el exterior.
Lamentablemente, escogió como destino Venezuela, el lugar donde vivía la Ducós, quien a la sazón, era la esposa de Miguel Silvio Sanz, un siniestro funcionario de la policía de la dictadura Pérez-Jimenista. Esa decisión truncaría su vida. Según relata Omar Valera: «Cuando Genaro Salinas vino por última vez a Venezuela, estaba muy venido a menos, cantó en locales de segunda categoría, se emborrachaba con frecuencia y presuntamente trató de acercarse a la Ducós.
En la mañana del 28 de abril de 1957, (día que recuerdo muy bien porque cumplí 25 años), fue hallado agonizante debajo de un puente de la Av. Victoria de Caracas, con politraumatismos generalizados y falleció ese mismo día. La noche anterior, varios esbirros de la Seguridad Nacional, parece que lo esperaron en lo alto del puente, por donde debía pasar a pie para ir a su alojamiento, lo tiraron de lo alto y le pasaron un carro por encima. Su esposa (Malena de Toledo) y otras personas, vinieron por sus restos que hoy reposan en Buenos Aires, creo que en un Panteón de los Artistas.». Alberto Naranjo, otro testigo, señala: “En 1957, a mis 16 años, presencié cómo Daniel Santos se acercó al cadáver de Genaro Salinas para colocarle cuidadosamente una almohada debajo de su cabeza y despedirlo con un beso y una lágrima.
Aquel tierno gesto cobra más valor según envejezco. Seguramente Daniel Santos le musitó, a manera de despedida: “Como el agua del río que pasa y no vuelve….Fue tan corta la historia…Que no puedo creerlo… No es verdad que te has ido….” A la hora de su muerte, Salinas apenas tenía 37 años y, su estado financiero era precario. Afortunadamente, su colega Alfredo Sadel, se hizo cargo de los gastos de sus funerales. Malena de Toledo, quien nunca dejó de ser su esposa, falleció en Uruguay el 22 de enero de 1960, a los 47 años, y a tan sólo tres años.
Zoe Ducós, falleció en un centro geriátrico de Caracas, aquejada del mal de Alzheimer, el 11 de noviembre de 2002, y del personero Sanz, presunto autor intelectual del crimen, y de sus esbirros, no se conoce fecha.