UN DÍA COMO HOY 30 DE MARZO NACIÓ
1929: Lilia Prado, actriz mexicana (f. 2006).
(Lilia Prado (n. Sahuayo, Michoacán; 30 de marzo de 1928 - f. Ciudad de México; 22 de mayo del 2006). Fue una actriz mexicana, considerada una de las grandes actrices de la Época de Oro del Cine Mexicano. Leticia Lilia Amezcua Prado fue la segunda hija de ocho hermanos; sus padres, Ramiro Amezcua Novoa, y María Luisa Prado González. Su nacimiento fue de lo más interesante: a los cinco meses de embarazo, su madre cayó a un granero y perdió a un niño; sin embargo, su vientre continuaba creciendo, y a los nueve meses nacería la niña Lilia gracias a que los dos hermanos se encontraban en placentas diferentes. Debido al movimiento cristero, Lilia y su familia se trasladaron a la Ciudad de México.)
Desde pequeña sobresalió por su belleza y simpatía. Con una prima, quiso desde un principio fugarse de su casa para trabajar en un circo, pero la muerte de ésta truncó sus planes. También contempló ser bailarina. Tras ganar un concurso de belleza, tuvo la oportunidad de ingresar a la industria cinematográfica, primero como extra a partir de 1940. Después, gracias al periodista Javier Campos, fue llevada a los Estudios Azteca, donde estaban filmando en papeles principales o de reparto. En un principio Lilia deseaba que su nombre artístico fuera Sonia, pero al verse imposibilitada, dio este nombre a su perra y tomó su primer nombre y el apellido de su madre. Prado llegó a participar en más de 100 filmes. Aunque estudió en el INBA siendo alumna de Celestino Gorostiza, jamás terminó una carrera. Aprendió cine haciéndolo, con una gran habilidad para memorizar los diálogos y para improvisar. Dotada de una voz suave, de un talento inmenso para recitar y de una belleza inmaculada, pronto llamó la atención de los directores de cine, como de la mancuerna del director Ismael Rodríguez y del actor y cantante Pedro Infante. Aunque quien le diera su primera oportunidad al darle un pequeño papel fue Juan Orol, en la película “El reino de los gángsters”, estelarizada por Rosa Carmina y el propio Orol. Sus primeras películas fueron "La Barca de Oro" (su debut oficial), dirigida por Joaquín Pardavé, junto a Pedro Infante y René Cardona; y Ángel o demonio, junto a María Antonieta Pons, ambas películas del año 1947. Participó en la cinta estadounidense "Tarzan and the Mermeids (Tarzán y las sirenas) en ese mismo año. También en el mismo año ganó el título Señorita novel de la pantalla. Posteriormente actuaría en “Pobre corazón”, en la que mostró enorme habilidad para bailar rumbas mostrando sus atractivas piernas. A partir de entonces su joven carrera ascendería de manera sorprendente, convirtiéndola en una de las actrices más solicitadas.
Tras su primer protagónico en Confidencias de un ruletero al lado de Resortes en 1949, en donde sus sugerentes bailes interesaban más que los chistes de su compañero, su consolidación como actriz estelar se daría en las películas Las mujeres de mi general en 1950 y El gavilán pollero en 1951, ambas al lado de Pedro Infante. Así, su gran momento no tardaría en llegar al ser elegida por el mejor cineasta del cine mexicano, el español naturalizado mexicano Luis Buñuel para protagonizar Subida al cielo. Su encuentro nació gracias al poeta Manuel Altolaguirre -esposo de una millonaria cubana que produciría la cinta-, quien le informó de Lilia Prado y le mostró una fotografía en la que llevaba trenzas. El cineasta la encontró simpática y le envió un libreto a la actriz (quien, en ese momento no sabía de él ni de su genio como director) que en un principio le parecía poca cosa. El filme la llevaría a acompañar al aragonés al Festival de Cannes por haber ganado el Premio especial de la crítica internacional a la mejor película de vanguardia en 1952, y que acumularía un total de 17 premios internacionales. Allí mismo sería nombrada "Miss Simpatía". El mencionado filme adquirió fama por la escena en que Lilia sube a un camión mostrando los muslos; así como por la escena onírica en que Oliverio (Esteban Márquez) alucina con una mujer vestida de novia que alterna los rostros de la seductora Raquel (Lilia Prado), y de su abnegada esposa Albina (Carmelita González). Buñuel volvió a trabajar con Lilia en el film Abismos de pasión, una adaptación cinematográfica del director español de la novela "Cumbres borrascosas" de la escritora inglesa Emily Brontë. Esta obra, en la que a pesar de que Buñuel confesó que los actores que le impusieron -Irasema Dilián y Jorge Mistral- eran inadecuados, al final la versión reflejaba mucho mejor el espíritu de la novela que la hecha por Hollywood en 1939 y al paso de los años el filme ganó en coherencia, en comparación con la realizada en Hollywood en 1936. Ese mismo año, Buñuel volvió a requerirla para protagonizar La ilusión viaja en tranvía. Este film se encuentra entre las 100 mejores películas del cine mexicano, constituye una entrañable cinta sobre la clase obrera de México de mediados de siglo, conservando el encanto que la ha hecho superar el envejecimiento inevitable de otras películas, con una Lilia Prado convertida en una bella muchachita de barrio que tratará de salvar a su hermano el “Tarrajas” (Fernando Soto “Mantequilla”) y a su exnovio el “Caireles” (Carlos Navarro) quienes tratarán de devolver un tranvía sin que nadie se dé cuenta para no ser denunciados. Ensayo de un crimen hubiera sido su cuarta película con Buñuel, de no ser que la entonces muy solicitada actriz no pudo terminar a tiempo la película que filmaba en aquel momento, y el papel protagónico fue otorgado a Miroslava Stern. Lilia fue la única actriz, junto con Silvia Pinal, que protagonizara o coprotagonizara tres películas bajo la dirección del cineasta; de hecho, esta última tuvo que valerse de su matrimonio con el productor Gustavo Alatriste para financiar un filme en que Buñuel, por agradecimiento, le otorgara un papel protagónico, cuyo resultado fue la exitosa Viridiana en 1961, que también ganó en Cannes. A raíz de su participación con Buñuel, Prado recibió varias ofertas de trabajo tanto en Europa como en Estados Unidos, pero su negativa de aprender inglés hizo que todos sus filmes los realizara en México, hecho del que dijera que no se arrepentía, pero que sin duda hubiera sido interesante para su carrera.
A raíz de sus participaciones como extra en las películas "La Barca de Oro" y "Soy charro de Rancho Grande" estelarizadas por Pedro Infante, Lilia Prado llamó la atención del cantante sinaloense. Así, luego de la muerte quien fuera compañera y amiga de Infante, Blanca Estela Pavón, se buscó una sustituta de la actriz para formar una nueva mancuerna artística. De esta manera Lilia Prado protagonizó junto al ídolo "La mujeres de mi general" (1950), "El Gávilán Pollero" (1951), "Los Gavilanes" (1954) y "La vida no vale nada" (1954). Dos proyectos más quedaron truncados para que ambos actores se reunieran debido a la muerte del sinaloense, "El que con niños se acuesta" (que fue estelarizada por Tin Tan), y "Ando volando bajo", que los reuniría de nuevo con Luis Aguilar.
Pese a su fama, fue muy respetuosa con su familia, especialmente con su madre. Fue muy unida con sus hermanas Marisa y Guillermina. Se casó con el torero Gabriel España, aunque su matrimonio sólo duró dos meses, calificado por Lilia como una pesadilla. Prado diría que en realidad estuvo enamorada una sola vez, muy probablemente del pianista y compositor Juan García Esquivel (quien murió en 2002), pero que primero estaba su carrera y el romance no prosperó. El pianista murió pocos años antes que la actriz mencionando su nombre, lo que fue doloroso para ella. Fue por otra parte, gran amiga de Pedro Infante -a quien dijo tuvo que marcarle el alto- y de Luis Aguilar. No tuvo hijos, sin embargo, en su juventud estuvo embarazada pero una enfermedad le causó un aborto, con lo que abandonó para siempre la idea de tener descendencia y decidió consagrar su vida a su madre, con quien pidió compartir la eternidad y ser sepultada a su lado. En los últimos años de su vida, Lilia Prado sufrió numerosas pérdidas de sus seres queridos, ambicionando volver a la pantalla aunque fuera en alguna telenovela, proyecto que estuvo a punto de materializar con Ernesto Alonso para participar en Amarte es mi pecado. Padeció de problemas en los pies, por lo que en sus útlimos días tuvo que caminar con una andadera. Falleció el 22 de mayo de 2006 a la edad de 77 años debido a una enfermedad renal que se complicó con una falla pulmonar y que devino un infarto. Sus restos descansan eternamente en el Panteón Jardín en México D.F., al lado de su madre -como lo dispuso- y de otros grandes como Pedro Infante.
1929: Lilia Prado, actriz mexicana (f. 2006).
(Lilia Prado (n. Sahuayo, Michoacán; 30 de marzo de 1928 - f. Ciudad de México; 22 de mayo del 2006). Fue una actriz mexicana, considerada una de las grandes actrices de la Época de Oro del Cine Mexicano. Leticia Lilia Amezcua Prado fue la segunda hija de ocho hermanos; sus padres, Ramiro Amezcua Novoa, y María Luisa Prado González. Su nacimiento fue de lo más interesante: a los cinco meses de embarazo, su madre cayó a un granero y perdió a un niño; sin embargo, su vientre continuaba creciendo, y a los nueve meses nacería la niña Lilia gracias a que los dos hermanos se encontraban en placentas diferentes. Debido al movimiento cristero, Lilia y su familia se trasladaron a la Ciudad de México.)
Desde pequeña sobresalió por su belleza y simpatía. Con una prima, quiso desde un principio fugarse de su casa para trabajar en un circo, pero la muerte de ésta truncó sus planes. También contempló ser bailarina. Tras ganar un concurso de belleza, tuvo la oportunidad de ingresar a la industria cinematográfica, primero como extra a partir de 1940. Después, gracias al periodista Javier Campos, fue llevada a los Estudios Azteca, donde estaban filmando en papeles principales o de reparto. En un principio Lilia deseaba que su nombre artístico fuera Sonia, pero al verse imposibilitada, dio este nombre a su perra y tomó su primer nombre y el apellido de su madre. Prado llegó a participar en más de 100 filmes. Aunque estudió en el INBA siendo alumna de Celestino Gorostiza, jamás terminó una carrera. Aprendió cine haciéndolo, con una gran habilidad para memorizar los diálogos y para improvisar. Dotada de una voz suave, de un talento inmenso para recitar y de una belleza inmaculada, pronto llamó la atención de los directores de cine, como de la mancuerna del director Ismael Rodríguez y del actor y cantante Pedro Infante. Aunque quien le diera su primera oportunidad al darle un pequeño papel fue Juan Orol, en la película “El reino de los gángsters”, estelarizada por Rosa Carmina y el propio Orol. Sus primeras películas fueron "La Barca de Oro" (su debut oficial), dirigida por Joaquín Pardavé, junto a Pedro Infante y René Cardona; y Ángel o demonio, junto a María Antonieta Pons, ambas películas del año 1947. Participó en la cinta estadounidense "Tarzan and the Mermeids (Tarzán y las sirenas) en ese mismo año. También en el mismo año ganó el título Señorita novel de la pantalla. Posteriormente actuaría en “Pobre corazón”, en la que mostró enorme habilidad para bailar rumbas mostrando sus atractivas piernas. A partir de entonces su joven carrera ascendería de manera sorprendente, convirtiéndola en una de las actrices más solicitadas.
Tras su primer protagónico en Confidencias de un ruletero al lado de Resortes en 1949, en donde sus sugerentes bailes interesaban más que los chistes de su compañero, su consolidación como actriz estelar se daría en las películas Las mujeres de mi general en 1950 y El gavilán pollero en 1951, ambas al lado de Pedro Infante. Así, su gran momento no tardaría en llegar al ser elegida por el mejor cineasta del cine mexicano, el español naturalizado mexicano Luis Buñuel para protagonizar Subida al cielo. Su encuentro nació gracias al poeta Manuel Altolaguirre -esposo de una millonaria cubana que produciría la cinta-, quien le informó de Lilia Prado y le mostró una fotografía en la que llevaba trenzas. El cineasta la encontró simpática y le envió un libreto a la actriz (quien, en ese momento no sabía de él ni de su genio como director) que en un principio le parecía poca cosa. El filme la llevaría a acompañar al aragonés al Festival de Cannes por haber ganado el Premio especial de la crítica internacional a la mejor película de vanguardia en 1952, y que acumularía un total de 17 premios internacionales. Allí mismo sería nombrada "Miss Simpatía". El mencionado filme adquirió fama por la escena en que Lilia sube a un camión mostrando los muslos; así como por la escena onírica en que Oliverio (Esteban Márquez) alucina con una mujer vestida de novia que alterna los rostros de la seductora Raquel (Lilia Prado), y de su abnegada esposa Albina (Carmelita González). Buñuel volvió a trabajar con Lilia en el film Abismos de pasión, una adaptación cinematográfica del director español de la novela "Cumbres borrascosas" de la escritora inglesa Emily Brontë. Esta obra, en la que a pesar de que Buñuel confesó que los actores que le impusieron -Irasema Dilián y Jorge Mistral- eran inadecuados, al final la versión reflejaba mucho mejor el espíritu de la novela que la hecha por Hollywood en 1939 y al paso de los años el filme ganó en coherencia, en comparación con la realizada en Hollywood en 1936. Ese mismo año, Buñuel volvió a requerirla para protagonizar La ilusión viaja en tranvía. Este film se encuentra entre las 100 mejores películas del cine mexicano, constituye una entrañable cinta sobre la clase obrera de México de mediados de siglo, conservando el encanto que la ha hecho superar el envejecimiento inevitable de otras películas, con una Lilia Prado convertida en una bella muchachita de barrio que tratará de salvar a su hermano el “Tarrajas” (Fernando Soto “Mantequilla”) y a su exnovio el “Caireles” (Carlos Navarro) quienes tratarán de devolver un tranvía sin que nadie se dé cuenta para no ser denunciados. Ensayo de un crimen hubiera sido su cuarta película con Buñuel, de no ser que la entonces muy solicitada actriz no pudo terminar a tiempo la película que filmaba en aquel momento, y el papel protagónico fue otorgado a Miroslava Stern. Lilia fue la única actriz, junto con Silvia Pinal, que protagonizara o coprotagonizara tres películas bajo la dirección del cineasta; de hecho, esta última tuvo que valerse de su matrimonio con el productor Gustavo Alatriste para financiar un filme en que Buñuel, por agradecimiento, le otorgara un papel protagónico, cuyo resultado fue la exitosa Viridiana en 1961, que también ganó en Cannes. A raíz de su participación con Buñuel, Prado recibió varias ofertas de trabajo tanto en Europa como en Estados Unidos, pero su negativa de aprender inglés hizo que todos sus filmes los realizara en México, hecho del que dijera que no se arrepentía, pero que sin duda hubiera sido interesante para su carrera.
A raíz de sus participaciones como extra en las películas "La Barca de Oro" y "Soy charro de Rancho Grande" estelarizadas por Pedro Infante, Lilia Prado llamó la atención del cantante sinaloense. Así, luego de la muerte quien fuera compañera y amiga de Infante, Blanca Estela Pavón, se buscó una sustituta de la actriz para formar una nueva mancuerna artística. De esta manera Lilia Prado protagonizó junto al ídolo "La mujeres de mi general" (1950), "El Gávilán Pollero" (1951), "Los Gavilanes" (1954) y "La vida no vale nada" (1954). Dos proyectos más quedaron truncados para que ambos actores se reunieran debido a la muerte del sinaloense, "El que con niños se acuesta" (que fue estelarizada por Tin Tan), y "Ando volando bajo", que los reuniría de nuevo con Luis Aguilar.
Pese a su fama, fue muy respetuosa con su familia, especialmente con su madre. Fue muy unida con sus hermanas Marisa y Guillermina. Se casó con el torero Gabriel España, aunque su matrimonio sólo duró dos meses, calificado por Lilia como una pesadilla. Prado diría que en realidad estuvo enamorada una sola vez, muy probablemente del pianista y compositor Juan García Esquivel (quien murió en 2002), pero que primero estaba su carrera y el romance no prosperó. El pianista murió pocos años antes que la actriz mencionando su nombre, lo que fue doloroso para ella. Fue por otra parte, gran amiga de Pedro Infante -a quien dijo tuvo que marcarle el alto- y de Luis Aguilar. No tuvo hijos, sin embargo, en su juventud estuvo embarazada pero una enfermedad le causó un aborto, con lo que abandonó para siempre la idea de tener descendencia y decidió consagrar su vida a su madre, con quien pidió compartir la eternidad y ser sepultada a su lado. En los últimos años de su vida, Lilia Prado sufrió numerosas pérdidas de sus seres queridos, ambicionando volver a la pantalla aunque fuera en alguna telenovela, proyecto que estuvo a punto de materializar con Ernesto Alonso para participar en Amarte es mi pecado. Padeció de problemas en los pies, por lo que en sus útlimos días tuvo que caminar con una andadera. Falleció el 22 de mayo de 2006 a la edad de 77 años debido a una enfermedad renal que se complicó con una falla pulmonar y que devino un infarto. Sus restos descansan eternamente en el Panteón Jardín en México D.F., al lado de su madre -como lo dispuso- y de otros grandes como Pedro Infante.
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